La seguridad alimentaria, un ‘must’ en el que Nomen Foods alcanza la excelencia

por | 07/06/2023 | Calidad

Verónica Beltrán, directora de Producción y Calidad de Nomen Foods

Verónica Beltrán, Directora de Producción y Calidad de Nomen Foods

La industria alimentaria debe velar por una producción segura, sostenible y saludable. No es una opción; es lo que una sociedad avanzada merece.  El motivo principal es la importancia que tiene el sector para la sociedad en su conjunto y cómo afecta directa e indirectamente en la calidad de vida de millones de personas.

En el año 2006, el Reino Unido desarrolló la norma BRC en la que venían indicadas prácticas que asegurasen mejores resultados a la hora de manipular los alimentos, almacenarlos o distribuirlos, sin olvidar los materiales utilizados para su embalaje o los propios bienes para el consumo.

La norma BRC (Global Standard for Food Safety) es uno de los estándares más reconocidos a nivel internacional en materia de normas de calidad y seguridad alimentaria. Esta certificación engloba en sí misma más de 350 requisitos para asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos, entre las que se encuentran cuestiones fundamentales como son la trazabilidad, la higiene o la gestión de alérgenos, entre otros. Que un alimento posea este sello conocido internacionalmente asegura la mejor certificación en cuanto a seguridad alimentaria, calidad y responsabilidad.

Nomen Foods ha renovado recientemente la certificación de seguridad alimentaria BRC, consiguiendo la calificación A+. La planta de Nomen Foods, ubicada en Deltebre (Tarragona) ha sido la merecedora de este reconocido estándar de certificación en una auditoría no anunciada. La trayectoria de Nomen Foods en este ámbito es sólido y prolongado. Nomen Foods dispone desde 2007 la certificación BRC y desde 2009 de la norma International Foods Standard (IFS).

Una de las claves de la obtención de esta excelente calificación en la norma BRC reside en que el equipo de calidad se implique en todo el proceso productivo, pero que también todos los profesionales de la empresa participen en la cuestión y sientan que forman parte de ella. La eficiencia de los procesos y la capacidad de alcanzar las cotas más altas de calidad depende en gran medida de la implicación colectiva.

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